LA ESPERANZA ALCANZADA POR LA REALIDAD

A estas alturas del año pasado, todas las encuestas, mediciones y sondeos, ubicaban como muy probable ganador de la elección presidencial a Andrés Manuel López Obrador, y el primero de julio, la esperanza triunfó.

Ciertamente el presidente electo cambió completamente la forma de realizar la transición, prácticamente comenzó a marcar la agenda pública desde antes de la toma de protesta; el presidente Peña desapareció.

Muchos esperaban lo que por décadas habían soñado: un presidente que manejara el país de una forma distinta, honesta y libre de corrupción, además con ideas revolucionarias y siempre apoyando a los más vulnerables.

Sin embargo, llegó el 29 de octubre y con él, un halo de incertidumbre que no ha podido develarse hasta hoy.

La esperanza fue alcanzada por la realidad. Un proyecto que beneficiaría a todo el país y a muchos sectores fue cancelado, incluso antes de tomar posesión, argumentando corrupción en su manejo. Quizá era muy complicado investigar y sancionar los supuestos casos que motivarían esta decisión y continuar con la obra, la mejor opción entonces era dejar esta en el abandono y con ello truncar el mayor proyecto económico de los últimos 30 años. Y ese fue el despegue.

Cancelación de estancias infantiles, mutilación de presupuestos, desabasto en hospitales, conflictos con los medios de comunicación, linchamiento público de periodistas, evidentemente solo los que no concuerdan con las ideas de López Obrador, y varias joyas más, han sido motivo para que comience a haber desconfianza de la gente del dinero en México.

López Obrador se dijo siempre “un hombre del pueblo”, supuesto izquierdista o al menos es como sus seguidores lo ubican, pero, nada más alejado de la realidad, con la nueva administración llegaron despidos por todos lados, sin ningún estudio o fundamento, solo con la consigna de la austeridad. Un sistema de salud, que si bien tenia demasiados problemas, ahora se le suman las carencias, la pobreza franciscana, en ambos casos, afectando directamente al pueblo, a los trabajadores.

Pero si en su momento existió Foxilandia, hoy esta tierra maravillosa, llena de prosperidad, paz y abundancia, cambia su nombre por “AMLOlandia” o “la tierra de otros datos”.

Increpado por Jorge Ramos, acerca de las cifras de homicidios, López Obrador utilizó su segunda frase favorita: “YO TENGO OTROS DATOS” (la primera es “lo que diga mi dedito”).

Las calificadoras internacionales han hecho llamados a mantener políticas públicas racionales que den certidumbre a los inversores extranjeros, sin embargo, se ha hecho caso omiso y el resultado son calificaciones a la baja y estimaciones de crecimiento bastante desalentadoras, sin embargo, el presidente como siempre tiene otros datos.

El IMSS dio a conocer que en el mes de mayo hubo una caída de 88% en la creación de empleo, cosa que el mismo López Obrador desestimó pues, según él, no se tomaron en cuenta a sus becarios, cosa por demás absurda pues estos apoyos no son un empleo, pero el presidente los considera pues “las estadísticas pueden manejarse como convenga”, en otras palabras: él tiene otros datos.

Probablemente el nuevo habitante de Palacio Nacional, no se ha dado cuenta que no entiende la dimensión de los problemas nacionales, no acepta que no es lo mismo ser borracho que cantinero y que, aunque le dé escozor, tiene que dar continuidad a políticas y proyectos de sus antecesores para brindar un verdadero crecimiento y beneficio a todos los mexicanos, hayan votado por él o no.

 

** Jordi Salazar es apasionado por las letras, las ideas y las imágenes, doctorado en estos temas y amante férvido del Jim Beam. Ha participado en distintos foros de discusión sobre temas políticos y sociales, además de colaborar en diversos eventos culturales de gran relevancia. Orgulloso de ser la nueva adquisición (gracias a un generoso pago), del portal Voces y Jarillas.