Migrantes: imagen impresionante. Avanzamos como Nación

UNO. La información fluye tan rápido que es imposible quedarse con algo de ella. Pero una foto de Julia Le Duc en la portada del diario “La Jornada”, del ya lejano martes 25 de junio, no ha dejado de estar en mi mente porque es sencillamente una imagen impresionante: un joven padre, Óscar Alberto Martínez Ramírez, y su hija de un año once meses, Valeria, ambos de origen salvadoreño, yacen en el lecho del Río Bravo, ahogados. Nos llama profundamente la atención el brazo de la pequeña que pareciera abrazar a su padre y que sale por un lado de la playera del infortunado que intentó, junto con su familia, mejores condiciones de vida en el norte, más allá del Río Bravo.

Si bien es cierto y casi es una verdad que una imagen dice más que mil palabras, también es cierta la aseveración de que una palabra dice mucho más que mil imágenes. Detrás de cada migrante hay historias que hablan de marginación, violencia, pobreza, injusticia. Esas palabras nos dicen lo que es el sufrimiento humano que padecemos los países al sur del Río Bravo, y lo menos que podemos hacer por nuestros hermanos migrantes es tratarlos como quisiéramos que igual trataran a nuestros hermanos que también van al otro lado a buscar un destino más próspero y acaso la felicidad, ser sencillamente solidarios con ellos.

Pero en nuestro país, acicateado por quienes se creen o son “fifis”, además de que los grupos de derecha y patronales que están coludidos en tratar a esta pobre gente, nuestros hermanos, como criminales, como delincuentes cuando obviamente no lo son. Hay un hecho significativo que nos une más a ellos: nuestra lengua común. Con ellos existe y hay la posibilidad de entendernos, comprendernos, cosa que nada más no sucede con los vecinos del norte y de más allá. Pero aquí también debemos de considerar que, de nueva cuenta, les estamos haciendo el trabajo sucio al gobierno del gringo loco, de Donald Trump, por desgracia.

El hecho de que se despliegue la Guardia Nacional en ciertos puntos neurálgicos de la frontera donde éstos intenta pasar, sobre todo con el fin de persuadirlos en su intento, permite que los migrantes sigan otras rutas y suceda lo que estamos viendo: decenas de ellos han muerto, abandonados por los polleros y sus compañeros de travesía.

No es una buena idea del gobierno de AMLO prestarse para tal acción, pero tampoco puede hacer mucho porque si los migrantes ya están en nuestro país es un problema o conflicto de nosotros. Otra cosa que también llama la atención es el flujo intenso de ellos, cosa que no sucedió nunca durante los sexenios de EPN y sexenios anteriores, por lo que pensaría que hay una mano negra que mece la cuna y, eso, sería cuestión de una investigación minuciosa y sensata.

DOS. Los fifis quieren que AMLO resuelva problemas graves y severos que hablan de casi cuarenta años de desatención y descuido por parte de las autoridades. Si bien es cierto que algunas afirmaciones y dichos de nuestro presidente son desafortunadas, lo más concreto y real es que está trabajando por el bien de todos y eso es su mayor mérito, ya que los gobiernos anteriores sólo se dedicaron con singular alegría a saquear y vender al país.

Algunos pasos son lentos, otros son concretos y decisivos, como esa lucha plausible contra la corrupción y al menos hay dos cabezas visibles que daban muestra de ello y ahora uno, el licenciado Collado, está en la cárcel, y otro, el magistrado Medina Mora, ya causó baja en la Suprema Corte de Justicia y se le investiga porque hay mucha cola que le pisen. Se avanza en esa dirección y creo que nuestro país va bien: es necesaria la justicia y la honestidad para avanzar.

TRES. El ahora llamado “Tomandante Borolas”, en otro de sus lances desafortunados, pretendió ir al Tecnológico de Monterrey, en su sede central, a participar con una ponencia sobre Derecho.

Sin autoridad moral y sin ningún mérito académico, por lo demás, hizo que se movilizara en su contra toda la comunidad que no olvida la masacre de dos de sus estudiantes de postgrado que fueron literalmente masacrados a las puertas de esa institución educativa y que, además, se les sembraron armas y los acusaron de “guerrilleros”.

El “Tomandante se disculpó de su ausencia dando como motivo una carta mandada al Rector del Tec por una afligida madre de uno de los masacrados, pero en realidad, y para variar, no quiere aceptar ni reconocer el grado de salvajismo que privó durante su sexenio.

Su declaración de guerra al narcotráfico fue azotar el avispero y generó más víctimas que la guerra entre Estados Unidos y Afganistán e Irán, miles de desplazados y desaparecidos, en pocas palabras: el “Tomandante Borolas” fue un auténtico genocida casi a la altura de Díaz Ordaz, LEA y EPN, que ya es decir palabras mayores, y que por lo mismo, deberá de ser, en su momento, juzgado y encarcelado.

Ojalá así sea para que se vea que la justicia es lenta pero llega, de lo contrario pensaríamos en que hay rampante impunidad.

CUATRO. Policías Federales -movidos por una mano larga y negra- y taxistas -también mecidos por otra mano larga y negra-, paralizan a la ciudad de México, la ciudad de todos, causando caos y desasosiegos, e inmediatamente desde los medios de derecha y chayoteros piden insistentemente poner orden -o sea reprimir- al precio que sea.

Ni el gobierno federal ni el local se quieren manejar por ese sendero espinoso y lleno de abrojos. Hasta el momento ha funcionado el diálogo y la persuasión, como se supone que se debe hacer para arreglar las cosas: “hablando se entiende la gente”, decía un viejo anuncio de Teléfonos de México, cuando era estatal y una de las empresas con números negros que malamente vendió el innombrable Carlos Salinas de Gortari. (Pregunta: ¿Algún día se le tocarán sus múltiples empresas e intereses mal habidos?)

CINCO. Son pocos días de gobierno, sin embargo veo que hay avances sostenidos, pero los “boots” y fifis finalmente pagados y ardidos, seguirán insistiendo en que todo ha cambiado para seguir igual. Pero muchos sectores de la sociedad no piensan así y qué bueno: así como los fifis y “boots” repiten y repiten mentiras -respetando su libertad de expresión-, la otra parte, los llamados “chairos”, siguen creyendo en el buen manejo del país y en que habrá bienestar para todos, pero sobre todo para los más necesitados.

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* Arturo Trejo Villafuerte nació en Ixmiquilpan, Hgo., en 1953. Es egresado de la FCPyS de la UNAM. Ha ocupado diversos cargos en instituciones culturales y ha sido editor de varias revistas y colecciones literarias. Profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo y miembro del IISEHMER de la misma institución. Sus más recientes títulos publicados: De Neza York a Nueva York. From Neza York to New York. Una antología de poesía de la Ciudad de México y la Ciudad de Nueva York. A bilingual anthology of the poetry of Mexico City and New York City (antología, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2015. 220 pp.), Amores chapingueros (antología de cuentos, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2016), Ret(r)azos (poemas, Cuadernos de Pasto Verde, México, 2017), Respirando por la herida (antología de cuentos, Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2017), Balbuceos (Cuadernos de Pasto Verde, Orizaba, 2018. 34 pp.), Dieciocho inútiles poemas de amor para ti, para ella o para nadie (Ed. Villafuerte-Cofradía de Coyotes-, México, 2018. 30 pp. Serie Folletín Dorado No. 4), incluido en el volumen colectivo Chapingo recuerda. A 50 años del Movimiento Estudiantil en México 1968 (Ed. STAUCh, México, 2018. 174 pp.), coautor del volumen Un cesto policromo de manzanas y uvas. Poesía Hispanoamericana del Romanticismo al Modernismo (Ed. Molino de Letras, México, 2018. 160 pp.) y de Diecinueve útiles poemas de Luz y sombra (Ed. Cofradía de Coyotes, México, 2019. 30 pp. Serie Folletín Dorado No. 13). Colaborador asiduo de la revista Molino de Letras, entrevocesypalabras.com y vocesyjarillas.com