Las pitahayas, naturaleza prodigiosa, reconocimiento y valoración humana

* “Amor a las plantas y al trabajo”, fórmula para conseguir una espléndida plantación de pitahayas en la finca “La Escondida”, de Guanajuato. Ahí se encontraron representantes de Chapingo y promotores del desarrollo agrícola.

SOCIEDAD 15/07/2024 Alex Sanciprián Alex Sanciprián
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La naturaleza y el hombre han sido capaces de seleccionar  y domesticar, las plantas, fuentes de la alimentación humana.

Tal es el caso de la pitahaya. Su metabolismo  hace que sus hojas se transformen como espinas, y en sus tallos carnosos se ubiquen células del mesófilo capaces de fotosintetizar y poseer vacuolas que abarcan el 90 % de toda la célula, estructuras que tienen como función el almacenamiento de agua y reservas.

Dichas reservas son carbohidratos, lípidos, proteínas, fenoles, y  polifenoles, entre otros.

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Además, cabe citar que esta especie posee un bajísimo número de estomas en sus tallos y que sólo abren por las noche. En consecuencia, la pérdida de agua por transpiración también es bajísima.

Es decir, este grupo de plantas se adaptan a condiciones de poca agua para su desarrollo, igual que sus flores abren solo por las noches (y una sola noche), lo que hace posible que se adapten a condiciones ambientales adversas.

Así las cosas, de un tiempo a esta fecha muchos productores aprovechan este recurso para su cultivo.

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En este contexto, vale la pena destacar  el caso de los señores Joaquín Pérez (papá), Joaquín Pérez (hijo) y Alejandro Pérez (nieto), de Guanajuato, quienes estiman cosechar en este ciclo (quinto año después de la plantación), 48 toneladas de pitahayas en una hectárea.

De tal manera, se llevó a cabo, hace unos días, una gira técnica donde participaron connotados representantes de Chapingo y promotores del desarrollo rural.

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Ahí se encontraron el doctor Joel Pérez Nieto, Director electo de la carrera de Fitotecnia de la Universidad  Autónoma  Chapingo (UACh); el ingeniero Hugo Ordóñez Muñoz de la empresa Fermil, proveedora de fertilizantes naturales y orgánicos, así como de microorganismos benéficos para el suelo; el ingeniero Manelick Alejandro Malagón Martínez, de la empresa Agribest; la ingeniera Felícitas López Cruz, técnica de la Secretaria de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) de Oaxaca; el doctor José Antonio Ramos de la CESAVEG; el doctor Raúl Nieto Angel, reconocido fitotecnista por su labor altruista con los campesinos de varias regiones de Mexico; y naturalmente se contó con la atención y estupendo recibimiento en la Huerta “La Escondida” de don Joaquín Pérez (papá), Joaquín Pérez, (hijo), y Alejandro Pérez (nieto).

Durante  el recorrido agrícola se reiteró, una vez más, la importancia del trabajo y la “devoción” para hacer las cosas, porque cuando los visitantes le preguntaron a los dueños de la plantación, “qué le hacen a sus plantas para que estén así”, ellos respondieron que solo es “trabajo, y más trabajo”, “amor a las plantas y amor al trabajo”.

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 Alejandro, el nieto de la familia, recordó que el año pasado “ustedes con una sola hectárea de pitahaya obtuvieron mucho más que yo en 50 hectáreas de maíz”.

Al respecto, el doctor Raúl Nieto refirió lo siguiente: “Ahí está el ejemplo del trabajo y el empeño, pero además, de saber elegir la mejor especie y cultivar, porque no hay que olvidar que quien define qué cultivar, primero es el clima, luego el suelo, y por último, el mercado o el deseo del productor. Siempre será posible Crecer en la Adversidad”.

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