
* Sigue publicación, otra entrega de las Cartas Impublicables.
Arturo nació cobijado por la sombra de una celebración espiritual que al rodar del tiempo se convierte en ironía del destino al coincidir con el día en que se lanza el primer llanto. En otras palabras, su cumpleaños es el 24 de diciembre y solo algunos recuerdan que en esa fecha importante en el mundo occidental Arturo parte y comparte pastel.
Es el hijo mayor de la dinastía de los Trejo Villafuerte.
Cuando lo conocí, en uno de los salones de la Preparatoria # 9 de la UNAM, hicimos automática sintonía por el buen aire de las primeras charlas y luego por algunas afinidades y felices coincidencias: el gusto por las clases de historia, español y el haber formado parte del grupo de teatro y de un grupo cultural estudiantil.
Éramos jóvenes y greñudos. Era la moda. Estábamos en los albores de los setenta.
Coincidimos en partidos de fútbol, en algunos de frontón, en las memelas del Mercado de la Industrial, y en el disciplinado ejercicio de asistir siempre a clases, puntuales. Inclusive compartimos adrenalina en el medio de una balacera, a las afueras de la escuela, de cuando los malosos Porros se enfrascaron en fenomenal riña con Los Campeones, otra pandilla de malandros ávidos de exhibir dudoso poderío entre la comunidad.
Arturo destacaba entre los demás por la exhibicionista gambeta frente al balón. Sin embargo, la ley era El Monito y Chema. Nunca pudo superarlos. Y cuando no estábamos en partidos relámpagos o comiendo memelas, jugos y licuados o en clases, pasábamos horas escuchando rock en casa de sus abuelos, Pancholín y doña Soco. Ahí conocí, a sus hermanas y hermanos, a sus primas y primos, a sus tíos. Escuché múltiples historias familiares que siempre he resguardado. Ahora he escrito algunas porque los Trejo Villafuerte son parte indisoluble de mi formación de vida.
La desmesura siempre ha sido rasgo distintivo del genio y figura de Arturo. Comprobable por la talla de su ropa (en los años estudiantiles ambos éramos talla 28 en los de mezclilla), el perseverante modo de mirar y abordar mujeres inalcanzables, su imparable gozo cuando platica anécdotas y por su prodigiosa memoria no exenta, a veces, de ciertos agregados suyos.
Hace poco Felipe Heredia, coach del equipo de fútbol americano de Chapingo, le regaló durante una taquiza un jersey estampado con su número favorito.
Con Arturo he tenido una larga amistad, fracturada ocasionalmente por malos entendidos; restituimos largos silencios con la sencillez de quien asume el día a día después de reírse frente al espejo de las propias inconsistencias.
Hemos intercambiado minucias personales y afanes íntimos en las charlas acompañadas de boleros, blues o rock, según la temática de los desvaríos y esperanzas, en el trayecto de 50 años. En las malas, buenas, y maduras circunstancias de la vida.
Varios personajes de nuestra generación pueden dar fe de las maratónicas jornadas en su departamento de la Bondojo, dentro de la casa de sus abuelos, en que celebrábamos la vida y el gusto de ser, con charlas, música, baile. El propio Pancholín se incorporaba a esos festejos un rato.
Arturo ha tenido siempre afección por la amistad.
Silverio Pérez, la inmortal canción de Agustín Lara permite comprender de cierta manera los avatares existenciales de Arturo, solo que al revés en tratándose de mujeres. Lo condicionan y determinan. Su mejor aliada es la literatura. Dar clases le fatiga, a veces, me ha confiado.
Ahora, su grata compañía es el Rey Arturo, su nieto. Con él y sus hijas, y el espíritu de Josefina festejará su próximo cumpleaños.
* Sigue publicación, otra entrega de las Cartas Impublicables.
* Hace años inicié un ejercicio literario que le llamé Cartas Impublicables. Partiendo del género epistolar, planteo una serie de historias que espero les agraden.
* Los recuerdos son parte de un futuro envejecido. Los motivos del tiempo como salmodia existencial. En la desaforada intensidad de los sueños habitan revelaciones.
Enrique Hernández y Jorge Díaz son los responsables de esta obra artística cultural que se ha emprendido en Texcoco y que próximamente se instalará en la explanada principal de Huejutla.
• La estrategia contempla obras hidráulicas en 10 municipios, incluyendo del Colector de Chalco.
• El mapa curricular de la maestría robustecerá el conocimiento en el uso de drones, sistemas de información geográfica y equipos portátiles para diagnóstico en campo, entre otras tecnologías emergentes.
" El orgullo de pertenecer a la comunidad gay es un asunto de todos los días", quedó establecido. Al final de la marcha se tiene previsto un festival músical en la Alameda de Texcoco.
* Desde el hallazgo del cuerpo de la pequeña, la policía municipal implementó un operativo de búsqueda y, en coordinación con la Fiscalía Especializada en Feminicidios, se llevaron a cabo trabajos de investigación y seguimiento.
* Regresan a casa con medallas y reconocimientos tras competir con alumnos de más de 20 países.