
Algo sobre Daniel Sada
Daniel Sada leía poemas o los decía de memoria con una dote actoral envidiable. Dejaba atónitos a propios y extraños. Y después decía un apunte circunstancial y soltaba una estampida de sonrisas afables, de esas que te hacen sentir que vale la pena compartir la dicha de vivir.
CULTURA - Fueron los días de ayer27/11/2022



De Daniel Sada recuerdo su franca sonrisa, con esa tonalidad infantil, espasmódica, sinceramente abierta y gentil.
Lo conocí en las andanzas de los talleres literarios. Era un maestro que íntimamente compartía el gozo de la palabra, de sus múltiples combinatorias y el hallazgo verbal convertido en imagen, en instantánea del día a día.
Daniel Sada era un año más grande que yo. Nació en Mexicali, Baja California en 1953.
Tenía la gracia de saberes múltiples y para nada se ufanaba de su creciente sabiduría.
Nunca se creyó esa etiqueta de maestro de las letras. Más bien se pitorreaba, hacia escarnio de sí mismo con ese estilo norteño cercano al modo de Eulalio González, El Piporro. Se sabía sus canciones y de repente soltaba algunas líneas en el medio de una conversación ligeramente seria.
Nos hicimos amigos cercanos durante una temporada que trabajamos juntos en Proyectos Especiales del periódico Novedades, en la Ciudad de México. Nuestra jefa era la bella Andrea Montiel. Siempre nos tuvo agradecible consideración por ser amantes de las letras. Ella también lo era y lo es. Ahora magnífica maestra y autora de impecables poemarios.
Daniel Sada leía poemas o los decía de memoria con una dote actoral envidiable. Dejaba atónitos a propios y extraños. Y después decía un apunte circunstancial y soltaba una estampida de sonrisas afables, de esas que te hacen sentir que vale la pena compartir la dicha de vivir.
Nuestros encuentros con cofrades eran de ilimitada duración.
En esa temporada del Novedades una tarde me dijo. “Tengo un libro que siento que puede convertirse en ganador del Premio Villaurrutia. Y necesito afinarlo, pulirlo, sacarle brillo pues. Hazle corrección de estilo”. Y lo hice. Y en efecto ganó el Premio Villaurrutia en 1992.
Con el monto financiero del premio tomó una rotunda decisión. Convertirse en escritor de tiempo completo. Rentó un cuarto de hotel cerca de San Carlos, en la colonia Tabacalera, y luego de ciertas negociaciones aminoró su estancia en el periódico. Se dedicó con ahínco a escribir más novelas y poemarios. Compartí con él algunas andanzas en restaurantes, bares y caminatas vespertinas y nocturnas.
La vida nos juntó y de repente sucedió que tomamos otros andurriales. No nos veíamos tan seguido pero sabíamos uno del otro.
La wikipedia dice cosas lindas y trágicas que en efecto le tocó protagonizar:
“Su obra ha sido calificada como barroca y tragicómica. Juan Villoro afirmó que Sada renovó la novela mexicana con Porque parece mentira la verdad nunca se sabe. Y, de acuerdo con el chileno Roberto Bolaño: «Daniel Sada, sin duda, está escribiendo una de las obras más ambiciosas de nuestro español, parangonable únicamente con la obra de Lezama, aunque el barroco de Lezama, como sabemos, tiene la escenografía del trópico, que se presta bastante bien a un ejercicio barroco, y el barroco de Sada sucede en el desierto». En palabras del crítico literario Christopher Domínguez Michael, Daniel Sada es «dueño de una prosa que lo vuelve el más inconfundible de los narradores de la lengua».[3] En noviembre de 2008 ganó el Premio Herralde de Novela por Casi nunca.
Daniel Sada falleció el 18 de noviembre de 2011 en la Ciudad de México, víctima de una deficiencia renal, consecuencia de la diabetes. Horas antes se había anunciado que le fue conferido el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011 en la categoría Lingüística y Literatura.[4] Sada no pudo ser notificado, pues se encontraba sedado en el momento en que el anuncio se hizo público”.


* Dedicado a todos mis amigos feos.

* La nota que me impresionó: alguien, quizás un funcionario público decretó el retiro de las estatuas de Fidel y del Ché Guevara, en una alcaldía de la Ciudad de México.

Gobierno del Edomex y bailarina Elisa Carrillo alistan Festival Internacional Danzatlán 2025
• El festival tendrá más de 90 actividades en 32 municipios, así como galas estelares y una clase masiva impartida por la artista mexiquense.

* Sigue publicación, otra entrega de las Cartas Impublicables.

* Hace años inicié un ejercicio literario que le llamé Cartas Impublicables. Partiendo del género epistolar, planteo una serie de historias que espero les agraden.

"Se necesita en Texcoco establecer infraestructura para patinaje de velocidad; hay creciente nivel de practicantes"
"La calidad de competición en la región es notable. Existen reales protagonistas que representan la creciente afición de este deporte en el Edomex. Aquí en Texcoco nos ayuda en los entrenamientos César Salas",

* "Uno de los principales objetivos de la reunión convocada para este viernes en Tehuacán, Puebla, es retomar lo que la naturaleza ya ha hecho".

Factible desarrollar pitahaya en el Valle de Tehuacán, Puebla; acuerdos productivos en reunión de especialistas y productores
* El doctor Raúl Nieto, especialista en fruticultura, desarrolló de manera aleccionadora aspectos referentes al origen y distribución de siembras comerciales de pitahaya en el mundo, clasificación y descripción botánica de la especie, tipos y colores de la cáscara y de su pulpa.

En Chimalhuacán entregan programa municipal "Transformando la Educación 2025"
* Más de 92 mil estudiantes recibirán este apoyo económico –único en los municipios del Estado– para fortalecer su educación.

• El Comandante Joel Magos Campero fue una figura fundamental en la consolidación y fortalecimiento del H. Cuerpo de Bomberos de Texcoco. Tenía 36 años de servicio. • Destacó en múltiples funciones: atención oportuna a emergencias, labores de rescate, prevención de riesgos, capacitación a nuevas generaciones y coordinación en operativos de alto impacto.